Historia del Barrio Duggi

Barrio Duggi  

Duggi, uno de los barrios con más tradición en la capital tinerfeña, se mueve entre una rica historia y la incertidumbre por las reformas previstas en el viario del barranco y en su emblemática plaza central. A mediados del pasado siglo XX, las “fuerzas vivas” del barrio Duggi se reúnen en elpatio del colegio San Fernando para recibir al obispo de la Diócesis, Domingo Pérez Cáceres. Era una ocasión especial paralucir las mejores galas en unos tiempos complicados,de muchas carencias, como fueron los de la postguerra.

El barrio de Duggi o El Monturrio, como de forma entrañable lo llaman sus vecinos, es uno de los más históricos de la capital tinerfeña. Sus agentes se mueven entre el orgullo de un rico pasado y la incertidumbre del futuro, con unas obras de mejora, canchas deportivas y varios incluidos en el barranco de Santos y unos aparcamientos subterráneos previstos en la emblemática plaza, junto al colegio San Fernando, cuya construcción ha levantado ampollas entre sus vecinos. Junto a Zenaido Hernández, periodista nacido e el barrio, EL DÍA diseccionó algunos retazos de su historia.

La familia Duggi procedía de la ciudad italiana de Livorno y llegó a Tenerife en el siglo XVIII para dedicarse al negocio del cultivo del viñedo. Hubo Duggis en la gesta de Nelson y otros con cargos municipales. Uno de ellos, Luis, dueño de las fincas de la zona, le dio nombre al barrio y a una calle porque propuso urbanizarlas.
La opinión pública insistió en su momento en que las calles de la zona debían dedicarse a patricios tinerfeños como Iriarte, Cairasco, Benavides,   Serrano o Porlier. Era un barrio obrero en su origen, con gente de clase media y trabajadora, así como de casas terreras, de las que aún queda alguna. Una finca emblemática fue la de “Don Bruno”, prócer de raíces alemanas, pegada al barranco. Lo de El Monturrio se debe a que en la zonadel actual colegio y la plaza existió una pequeña elevación que llegaba hasta Las Asuncionistas.
A Duggi lo rodean geográficamente el barranco de Santos, Asuncionistas y la Rambla de Pulido. La Parroquia de María Auxiliadora, en la calle Serrano, recoge los límites del barrio. Zenaido Hernández recuerda que “las fiestas de María Auxiliadora, que se hacen aún, eran del barrio Duggi y Galcerán, más las calles adyacentes a la plaza militar”.

El Monturrio ha dado personajes ilustres en casi todos los campos, desde Antonio Cubillo, que vivía en la calle Castro, hasta futbolistas, pasando por las Bellas Artes con los hermanos Borges Salas o el periodismo, caso de Antonio Martí. Al llegar noviembre, la finca de Don Bruno aprovisionaba a todo Snata Cruz de crisantemos y fue el origen de la primera floristería de la ciudad.

El edificio de Los Salesianos, que estaba en la esquina de Ramón y Cajal con Galcerán, con su asilo para niños, y el frontón adyacente ( bailes, boxeo y carreras de galgos incluidos ) fueron otros puntos importantes. Encuanto al barranco de Santos, estuvo habitado hasta los años setenta y cuenta con cuevas de gran valor antropológico y etnográfico. Incluso existe la idea de crear un Museo del Agua en una zona ventosa que albergó molinos hasta finales del XIX.El colegio San Fernando nace como zona para la educación y junto a él la plaza, dos símbolos del barrio, en los años 30.

Hernández considera que “al colegio hay que quitarle la unidad que se construyó delante en los 70 por imperativo del crecimiento poblacional. No está acorde con el estilo y cubre un patio con una construcción provisional que así se quedó. Tenía dos patios y era un recinto muy peculiar, donde había comunión. Lo visitó, siendo ministro de Educación, Joaquín Ruiz Jiménez, un aperturista que se había formado fuera y se quedó impresionado. Tenía comedor, puericultora, coro, piano y un programa especial para niños disminuidos. Llegó a decir que ni los colegios suizos tenían el nivel del de aquí. Era un “colegio modelo”
Los laureles de Indias “son muy antiguos y queridos por el barrio”. Equiparables a los de la plaza Weyler, aunque sin la misma envergadura por estar sobre el suelo pedregoso”. Hernández critica el concurso de ideas para la plaza: “Le quitaría la s porque no ha sido abierto, no dieron otra opción”.Situación Geográfica
El barrio de Duggi (o el Monturrio) se encuentra situado en el archipiélago Canario en una  zona privilegiada del centro de la capital tinerfeña, bordeado por la avenida de la Asunción, la calle San Sebastián, la calle generál Galcerán y  la rambla de Pulido.

Historia

Según nuestras fuentes de información el apellido Duggi  proviene de la provincia de Paris (Francia), el primer apellido de este tipo aparecido en  un residente en las islas fue el Duggi Oria hacia 1810 aproximadamente.

Los comienzos

En sus comienzos el barrio actual era la finca del Terrateniente D. Luis de Duggi. Existen numerosos ejemplos en la historia de Canarias, sobre el aprovechamiento de las aguas de escorrentía, gracias al uso de presas y embalses, pero pocos tan bien documentados como el de las presas del barranco de Santos de S/C de Tenerife. En el Archivo Municipal de S/C, podemos encontrar una abundante información sobre la construcción de las presas que se mencionan. Existen también planos antiguos de S/C, donde se señalan los emplazamientos de esas presas, en la actualidad gran parte de las presas mencionadas se encuentran semiderruidas y enterradas. Un examen de dicha documentación, nos permite realizar, de un modo aproximado, una reconstrucción histórica del terreno de la finca en cuestión y de la problemática del abastecimiento de aguas en S/C en la época en que se construyeron las presas. La utilidad de las presas, fue efímera. El barranco de Santos, en sus crecidas, arrastra grandes masas de material, y por lo tanto era totalmente previsible que las presas acabaran como finalizaron, parcialmente enterradas y arruinadas.   A principios del siglo XIX, S/C de nuevo volvió a tener problemas con su servicio de abastecimiento de aguas, ya que los caudales demandados por el desarrollo urbano y agrícola de la urbe no podían ser cubiertos con las disponibilidades que se tenían de los manantiales de Aguirre. El problema era tan grave, que los responsables municipales ya habían decidido solo atender el abastecimiento de la población. Las huertas de regadío que se encontraban en el interior (sobre todo en el barrio del Toscal) o en su perímetro, fueron de este modo abandonadas a su suerte. Se da la circunstancia que, gran parte de la producción de estas huertas se destinaba al abastecimiento de los barcos que recalaban en la rada de S/C. En esta época, en la que el transporte por carretera no estaba obviamente tan desarrollado como en la actualidad, la decisión de restringir el regadío, hipotecaba el futuro de la ciudad, ya que como se insiste, con esta medida ya no era posible atender el abastecimiento de los ricos convoyes de barcos ingleses que hacían escala en S/C en su viaje a la India. La mencionaba medida, paralizaba de facto, la vida económica de la ciudad y ahí están los escritos de la época para recordarlo. Es en esos momentos, cuando se intenta aprovechar en parte las aguas que discurrían por el barranco de Santos. Hacia 1813, con el objetivo de poner en regadío terrenos ubicados en las proximidades del barranco de Santos, al sur de la ciudad, se comienza la construcción de presas, tal y como se puede comprobar en una certificación efectuada por el Escribano Público de fecha 22 de septiembre de 1813. A esta construcción le siguen otras, de tal modo, que con el tiempo, la construcción de presas en el Barranco de Santos se generalizó, tal y como se puede constatar en oficios e instancias de los años 1868 y 1869.

De todos los escritos presentados, relacionados con la construcción de presas, probablemente, el de más interés, sea la solicitud de construcción de presa y atarjea, presentada por D. Luis Duggi, para poner en regadío los terrenos ocupados por el actual barrio de Duggi de S/C.En los planos de la época, se observa la existencia de una atarjea, que discurre de un modo aproximado por la actual calle de Ramón y Cajal.Se da la circunstancia, que esta primitiva red de regadío, fue aprovechada posteriormente en el abastecimiento de aguas del barrio, muy al principio, cuando este inicia su andadura como tal. Probablemente, por ello, la trama urbana del barrio, muestre una cierta similitud, no del todo evidente, eso si, con la parcelación de regadío precedente.Constitución como barrioEl Barrio de Duggi se constituyo como tal en la 1ª decena del siglo XX, (entre 1903 y 1906), siendo el tercer barrio capitalino en constituirse con residentes habituales después de los barrios del Toscal y los Llanos, en los terrenos cedidos por D. Luis de Duggi entre sus trabajadores. Uno de los hijos del Terrateniente (Duggi) llego a ser Teniente de Alcalde en el Consistorio Capitalino, según consta en los Archivos Municipales de S/C. La historia de la construcción de presas en el barranco de Santos concluyó pronto, los avances tecnológicos que se estaban produciendo en materia de infraestructuras hidráulicas, contribuyeron a subsanar las severas deficiencias del servicio de abastecimiento de S/C., y las presas poco a poco fueron inutilizadas por el barranco de Santos. Las nuevas tecnologías de distribución de aguas, no por gravedad, sino por presión, se consolidan en S/C., cuando por fin se construye en la ciudad un Depósito Regulador (en el barrio de Salamanca) y cuando las nuevas canalizaciones de tuberías de fundición hicieron posible la distribución de aguas a presión. Las huertas del sur, aún continuaron explotándose, hasta que en su lugar se construyó la actual refinería de petróleos (1939) para poder surtír de combustibles a la islas, dejando atrás toda una época que, con toda probabilidad, quedó caracterizada por un deficiente servicio de abastecimiento de aguas que, en ciertas ocasiones, no fue capaz de proporcionar más de 13 litros/hab.día y un servicio eléctrico no continuado, permitiendo con ello, el progreso de S/C. En la actualidad el barrio, alberga, la iglesia de Mª Auxiliadora en la calle del generál Serrano, el parque de Viera y Clavijo, el Pabellón Ana Bautista (situado en el barranco de Santos), el colegio San Fernando (sito en la calle Castro esquina Ramón y Cajal, el cual alberga la escuela Municipal de Música en su interior), la Plaza de la Paz (Rambla de Pulido), la Plaza Militar (Calle Gral. Serrano) y el almacén de abastos (situado en la calle del Gral. Porlier,creado en 1901),como monumentos más destacados y una población habitualmente residente de 8000 personas. 

Rincones y calles de la capital

Cuatro Caminos, en la encrucijada de la CapitalLa plaza de la Paz se conocía al principio con el nombre de plaza de los Cuatro Caminos, "que indica su primera vocación, que no ha cambiado, de encrucijada", tal y corno refleja Alejandro Cioranescu en su obra "Historia de Santa Cruz". Encrucijada entre el camino que iba a La Laguna y el Camino de los Coches. Se empezó a formar hacia 1870. Su nombre actual data de 1918, bajo el mandato de Esteban Mandillo Tejera.Este cruce de caminos ha sido urbanizado en varias épocas. La primera está unida a la construcción de la Rambla de Pulido, en 1907, fecha en la que se tramitó la solicitud para considerarla vía urbana. La aprobación de este proyecto vino tras una gestión laboriosa y según los historiadores se puede considerar una gestión personal de Benito Pérez Armas. Esta vía no contó con adoquinado hasta 1917.Fuentes luminosas: a mitad del pasado siglo, en la década de los años 50, se implantó en Tenerife la moda de las fuentes luminosas en las calles. En este caso, para los caños de Cuatro Caminos se dedicó casi todo el solar disponible, lo que recortó la posibilidad de construir una amplia plaza para el disfrute y el descanso de los ciudadanos.El conjunto se ha convertido con el devenir de los años en el lugar donde celebrar por parte de los vecinos los éxitos del Club Deportivo Tenerife, como ocurre en Madrid con La Cibeles o con Neptuno en el paseo de la Castellana.Lugar de encuentro: La fuente se completa actualmente con una vanguardista escultura. Los árboles que decoran la zona se plantaron entre 1910 y 1913.

Hasta ella llega la rambla de Pulido. El nombre de Camino de La Laguna se mantuvo a pesar de que se le dio oficialmente el de calle del hospital Militar en 1853. La denominación actual se le impuso en mayo de 1903 y en junio de ese mismo año se descubrió, solemnemente la placa. En 1907 el Ayuntamiento de Santa Cruz solicitó su propiedad, entre la plaza de Weyler y Cuatro Caninos y consiguió después de laboriosas gestiones por una Real Orden de 1912, que también se consideró un éxito personal del propio Pérez Armas, el diputado por La Gomera entre 1920 y 1923, bajo el Gobierno de Eduardo Dato.El camino de La Laguna continúa en lo que hoy es la avenida General Mola, nombre impuesto el 1938 a uno de sus tramos, que se llamó Félix Benítez de Lugo. La plaza 24 deFebrero, colofón del barrio de DuggiLuis Duggi, propietario y ex alcalde de Santa Cruz, era el dueño de la mayor parte de la finca en la que se construyó el barrio que lleva su nombre. Duggi vendió en 1872 una parte del solar situado detrás de la Maestranza, a mano izquierda del camino de La Laguna, tal y como explica Alejandro Cioranescu en su obra "Historia de Santa Cruz", para facilitar la expansión de la Capital.
A principios del siglo XIX el núcleo poblacional de Santa Cruz era muy reducido. Los documentos de la época destacan, por ejemplo, que la iglesia del Pilar estaba situada en un extremo de la Ciudad.El ensanche de Santa Cruz se ha ido realizando por medio de la anexión al casco de nuevos barrios, que se iban edificando en zonas ganadas a eriales. No obstante, la ampliación de Santa Cruz no se ha hecho ordenadamente. En 1982 se decidió, por primera vez, sacar a concurso un plan de ensanche, que quedó desierto porque en esta ocasión no se presentó ningún proyecto para llevarlo a cabo.Cioranescu refleja que en 1901 la Capital seguía sin plan de urbanismo. Por este motivo, el Ayuntamiento no contaba con ningún instrumento legal para oponerse a nuevas construcciones o para obligarlas a ajustarse a normas concretas.
En este momento, las casas que se estaban fabricando en el barrio Duggi, tenían una altura convencional y no seguían ninguna rasante determinada debido a que las calles estaban sin trazar.En 1902, el Consistorio volvió a publicar un segundo concurso, premiado con 15 mil pesetas. Pese a la iniciativa, tampoco dio resultado y se Convocó otro nuevo concurso dotado con una fuerte cantidad de dinero en 1914. Recuerda Cioranescu que todos los intentos fueron vanos y que el primer Plan General de ordenación de Santa Cruz se publicó en 1952, con las firmas de los arquitectos Enrique Rumeu y Luis Cabrera.A falta de normativa, el Ayuntamiento autorizó a Duggi en 1874 para que tuviera un plan de urbanización propio, al tiempo que obligaba al empresario a comprar el solar de las calles resultantes.Asimismo, la Corporación autorizó a Duggi para que diese su nombre a una de las calles y también fue idea del Consistorio formar una plaza en la zona, en concreto, frente al nuevo Hospital Militar. Ese espacio de recreo se llamó entonces 24 de febrero. Este barrio tuvo un nuevo empuje en su parte occidental, en la que un particular, Juan Sitjá y Capmany, construyó de golpe 50 casas en los solares comprendidos entre la calle Castro y la Rambla, por lo que en 1903 estaba prácticamente terminado. 

La calle Ramón y Cajal y el asilo Victoria

Construida en paralelo al barranco de Santos, la calle Ramón y Cajal de la Capital recibía antiguamente el nombre de Noria Alta y fue urbanizada en 1936, según los datos aportados por Alejandro Cioranescu en su listado de vías de "Historia de Santa Cruz".Dentro del barrio de Duggi, en la esquina de esta vía con la calle Galcerán, se construyó el asilo Victoria, un centro de acogida de niños abandonados y de formación de los hijos de los obreros. Su iniciadora fue doña Aurea Díaz Flores, señora de Schwartz, quien puso la denominación a esta institución por la reina Victoria Eugenia, presidenta honoraria del centro. Construido según el proyecto de Antonio Pintor, fue levantado en un solar de 3 mil metros cuadrados que fue cedido por el Ayuntamiento de Santa Cruz.La obras costaron 70 mil pesetas y fue inaugurado en 1911, siempre según los datos de Cioranescu. En primer lugar, fueron llamados a regentar el asilo los hermanos de las Escuelas Cristianas, que empezaron sus clases con más de 180 alumnos, alternando las clases teóricas con las prácticas, que se limitaban, en el primer curso, a la carpintería y a la zapatería.Sin embargo, desde mucho tiempo antes el Ayuntamiento había tratado de poner en marcha un asilo de párvulos, desde 1853, tropezando con la falta de fondos.
En aquella época la actuación de la Casa de Huérfanos era insuficiente. Entre 1859 y 1863 habían ingresado 116 menores, pero "la chiquillería que vivía y se criaba en la calle daba para mucho más", según el autor de "Historia de Santa Cruz". 

Situación de abandono

La preocupación ante estas situaciones de abandono había cobrado fuerza ante la opinión pública desde 1900 y hasta 1905. Sólo en 1906, el 22 de marzo, como resultado de estos hechos, se había formado en la Ciudad una sociedad benéfica cuyo objetivo era el de dar asilo y educación a niños abandonados y a los hijos de los obreros, un proyecto que permitiría alumbrar, cinco años después, el citado asilo Victoria.Esta asociación aún existía en 1972, en el número 15 de la calle Galcerán, donde se ubicaba una escuela profesional.Lo cierto, en cualquier caso, es que la asistencia a los pobres se solía improvisar en la Capital a medida que surgían serios problemas, como las epidemias o la carestía de víveres. Una vez más, la caridad era, en esas ocasiones, una virtud de la que se podían enorgullecer los vecinos, muchos de los cuales repartían sacos de pan y provisión de caldo entre los más desfavorecidos.

Fuente: http://www.aduggi.com/barrio_duggi.htm